¿Te ha pasado alguna vez de comer unas onzas de chocolate viendo la tele o leyendo y al terminar querer comer más porque ni te has dado cuenta de su sabor? A mí sí, porque mi mente se ha ido a la tele o a otra distracción impidiéndome disfrutar del rico sabor del chocolate. Pues eso mismo pasa a veces con nuestras vidas, que no disfrutamos de momentos maravillosos porque se nos distrae la mente con otras cosas que no nos aportan nada.

Algunos me comentáis que os cuesta visualizar en las meditaciones guiadas y que en lugar de calmaros, os estresáis más; incluso algún alumno de mis cursos de Reiki y Registros Akashicos me ha llegado a comentar que no se atrevía a seguir  avanzando porque no era capaz de visualizar en las meditaciones. Y aquí te quiero aclarar que no es necesario meditar para hacer Reiki, ya que el Reiki en sí te proporciona la calma que buscas pero la meditación también es una herramienta buenísima para relajarte y quitarte la ansiedad.

Pues bien, te propongo la “meditación del chocolate”, una meditación “Mindfulness” muy sencilla pero muy eficaz. Esta meditación te va a proporcionar mucha paz interior y claridad mental, que es la finalidad de toda meditación y además es más llevadera porque te llevas un premio adicional, ¡el chocolate!
Aquí te describo los pasos para meditar sin visualizar:
1.  Busca un momento tranquilo en el que sepas que no te van a interrumpir
2.  Compra un chocolate que nunca hayas probado, para que tu mente se centre en las nuevas sensaciones.
3.  Realiza unas cuantas respiraciones profundas para relajar tu cuerpo; puedes cerrar los ojos si te resulta más cómodo.
4.  Coge la tableta, observa el envoltorio, las sensaciones táctiles y auditivas al quitarle el papel. ¿Cuánto pesa? ¿qué color y forma tiene ese chocolate?
5. Cuando lo desenvuelvas, escucha el crujido del papel. Llévate el chocolate a la nariz y huélelo. Date cuenta de los pensamientos que vienen a tu mente mientras lo haces; deja que los pensamientos vengan y se vayan como si fueran nubes.
5.  Parte una onza, llévatela a la boca y deja que se derrita. Presta atención a los sabores del chocolate, su textura… centra toda tu atención en todo lo que estás experimentando aquí y ahora. Sigue realizando las respiraciones y concéntrate en las sensaciones de la boca.
6.  A medida que vas tragando, céntrate en cómo va bajando el chocolate derretido por tu garganta a la vez que se te vacía la boca. A continuación, parte otra onza e intenta percibir tu brazo mientras te llevas el chocolate a la boca, cómo lo sientes entre tus dedos y luego en la boca. De nuevo, céntrate en las sensaciones que tienes en el momento presente.
7.  Si te llegan pensamientos durante esta meditación, vuélvete a centrar en los sabores y sensaciones asociados con el chocolate. La idea es permanecer en el momento presente todo lo que puedas, disfrutando del momento.
8.  Saborea esta sensación. Después de esta meditación, repasa estas sensaciones durante el día, y conecta con el relax que alcanzaste.
Consejos: No tienes que consumir un montonazo de chocolate durante este ejercicio; si eres diabético o no puedes tomar chocolate, tómalo sin azúcar o sustitúyelo por otro alimento que sí puedas tomar y te parezca agradable.
Últimamente estoy procurando hacer esta meditación todos los días con la comida (aunque sea con sólo un plato o el postre), dejando a un lado la tele, el móvil, etc.. que me impiden disfrutar de la comida y estar presente en todo momento.
Si quieres ampliar conocimientos sobre el Mindfulness te recomiendo este libro que me estoy leyendo. Se trata de un programa de 8 semanas para ayudarnos a estar en el momento presente y liberarnos de la tristeza, estrés y ansiedad : Libro Mindfulness. Guía práctica: para encontrar la paz en un mundo frenético. Mark Williams y Danny Penman.