Algunas personas me comentan que no se atrevían a hacer un curso de Reiki o darse un tratamiento por no sufrir la mal denominada (para mi gusto) crisis de sanación, porque han oído por ahí que se pasa muuuuuy mal (NO ESCUCHES LEYENDAS URBANAS sobre el Reiki), así que voy a explicarte en qué consiste para que te tranquilices:
Crisis de sanación de Reiki

¿Qué es una crisis de sanación?
Tras una iniciación de cualquier nivel, pasaremos un período de purificación de 21 días (3 por cada chakra) en el cual la energía sutil del universo abrirá nuestro canal energético y, por consiguiente, nuestro cuerpo físico se tendrá que adaptar a ese cambio de frecuencia vibracional.

Algunas personas (tranquilos, que no todas porque cada uno somos un mundo) pueden sufrir la llamada crisis de sanación ya que la energía Reiki está trabajando con sus bloqueos; se trata de un proceso de limpieza.

¿Qué puedo sentir durante la “crisis de sanación”?

– Cansancio, letargo

– Síntomas parecidos a la gripe
– Ganas de llorar
– Parece que estás “pasado de vueltas” (hiperactividad)…
– Diarrea,…

¿Qué me está pasando?

A modo de símil, es como cuando viene el fontanero a desatascar las cañerías y vemos que al principio sale el agua marrón y cuando elimina el atasco ya sale el agua limpia y cristalina. Pues lo mismo pasa con nosotros, tenemos el canal energético atascado y la energía nos va a ir limpiando y ayudando a eliminar la basura energética.

Eliminaremos las toxinas a través de la orina, sudor, heces y la “basura mental” a través de los sueños. Este proceso como mucho dura los 21 días así que tranquilos que no vais a tener un malestar duradero, ni pesadillas eternas, etc.. ¡porque para eso yo tampoco me hubiera hecho maestra de reiki!

Aparte de hacerte un autotratamiento de Reiki o seguir un tratamiento con un terapeuta, para facilitar el drenaje de las sustancias tóxicas de tu organismo sería conveniente ayudarle a eliminarlos bebiendo agua en abundancia y evitar el consumo de sustancias tóxicas tales como grasas, bollería industrial, “chuches”, café, comidas enlatadas y por supuesto las drogas y el alcohol.