Lo mejor es estar
en un lugar relajante, tanto si das como recibes Reiki.  La energía viene a ti, sin esfuerzo, sin
pensar en nada en particular.  Lo mejor
es que cuando te venga un pensamiento lo dejes pasar como si fuera una nube
pero si te viene algún pensamiento a la cabeza  déjalo, simplemente obsérvalo sin esforzarte
en que se vaya porque sino se te va a quedar “enganchado en la mente”.

La sanación de Reiki debería tener dos pasos:
1.    La intención: esto incluye la conexión con la energía Reiki y pedir la sanación del paciente (autosanación, alivio
de dolores, liberación de estrés…), que la energía vaya allá donde el paciente más lo necesite.

 

2.   Prestar atención a las sensaciones que experimentas cuando fluye la energía; eso es la “Atención”.  Puedes experimentar cambios de temperatura, cosquilleos, calor, colores, mensajes intuitivos u otras sensaciones (cada uno
siente diferente).
En resumen, cuando des una sesión de reiki, debes enfocar tus pensamientos en  la Intención y la Atención.  Pero, si de repente te ves haciendo una lista de lo que tienes que hacer, o planeando el menú de la cena, o pensando en lo que vas a hacer el fin de semana, eso no arruinará la sanación de Reiki, aunque es mejor que cuando seas consciente de ello, dirijas tus pensamientos a la
sesión, al aquí y ahora.