Una sesión de Reiki suele durar alrededor de una hora y el paciente permanecerá tumbado en una camilla, vestido pero despojado de zapatos y objetos.
La sesión se da en una habitación o sala con luz tenue y durante la sesión se utiliza música suave (musicoterapia) y aromas como incienso o esencias (aromaterapia). 
El terapeuta irá colocando sus manos en el cuerpo del receptor en los chakras principales y en aquellas zonas donde su intuición le lleve. Durante un tratamiento, el receptor sentirá una relajación profunda, una sensación de paz interior. Cada uno somos un mundo y tenemos sensaciones diferentes en una sesión de reiki: algunas personas se quedan dormidas, otras sienten un cosquilleo, calor o frío en diferentes partes del cuerpo según fluye la energía, otras experimentan una sensación de «flotar» o sienten emociones que salen a la superficie y otras no sienten nada y no por ello el Reiki no está funcionando. Se aumentan tu energía y tus ánimos, dándote un punto de vista más positivo sobre la vida y te ayudará a aceptar situaciones que antes te perturbaban.

En este tutorial explico paso a paso las posiciones de las manos en una sesión de Reiki:

                               

El Reiki es muy fácil de aprender y desde el primer curso ya puedes dar sesiones tanto a ti mismo como a los demás; aquí tienes toda la información sobre mis cursos de Reiki en Madrid con diploma de la Federación Española de Reiki.

IMPORTANTE: el Reiki es un complemento y jamás ha de sustituir a un tratamiento, consejo o prescripción de un médico o psicólogo. Yo he firmado el código deontológico de la Federación Española de Reiki donde recoge este punto tan importante.
La frecuencia de las sesiones depende de los casos. Se recomienda que al principio el paciente se comprometa a cuatro tratamientos seguidos durante un período de cuatro días o al menos uno por semana. Cuanto más Reiki reciba un paciente, más beneficios obtendrá pero si sus circunstancias no permiten una regularidad.